Tocata y fuga

Un grupo de estudiantes secundarios de un colegio de Buin asiste a un concierto de música clásica en la Universidad de Santiago de Chile como parte de una actividad de extensión cultural. En el recreo, Nicolás se acerca al puesto de Antonio para proponerle un panorama, pero su compañero no se muestra interesado. Durante el viaje en bus, Nicolás vuelve a insistir y Antonio a evadirlo. Millaray y Macarena oyen la conversación y deciden sumarse, siempre y cuando se mantengan todos juntos.

En la mitad del concierto, salen sigilosamente del auditorio de la USACH para dirigirse al Persa Estación; allí el grupo se divide en hombres y mujeres. Mientras ellos entran a comprar una polera, ellas se quedan inventando historias de las personas que más llaman su atención entre la muchedumbre. Al darse cuenta de la hora, Nicolás y Antonio se preocupan y van a buscar a sus compañeras. Camino al terminal de buses, tropiezan con un grupo de raperos que atrapa su interés con una improvisación.

Cuando cae la noche, aparece también la preocupación y el instante de libertad se desvanece; sin embargo, la experiencia vivida en este viaje resulta imborrable.

El encargo consistía en explorar en la visión que tienen los niños que participan en estas actividades e indagar en cuáles son las motivaciones que movilizan su interés por asistir a la universidad. El enfoque del documental fue intentar capturar la energía que se desarrolla en un contexto de inquietud, de fomento a la curiosidad que lleva a un niño de 10 años a no conformarse con las primeras respuestas.