Día de elecciones
Faltan apenas dos días para elegir al próximo presidente de Chile y, en La Plaza de Armas de Santiago, las opiniones oscilan entre la bronca acumulada y el escepticismo de siempre. Tantos votantes como contradicciones, tantas voces como palomas en la ciudad.
En el centro del ágora capitalina, un predicador anuncia frenético la llegada de Cristo, mientras decenas de ojos intrigados miran el exorcismo de un hombre. Su cara resulta familiar. Se llama Carlos y, como muchos, tampoco se siente a gusto con el estado de las cosas. Entre estatuas obsoletas y caballos de bronce, circula a diario haciendo trámites y reflexionando sobre la sociedad, la Plaza de Armas y su propia vida.
El día de las elecciones, movido por un difuso sentimiento de responsabilidad cívica, Carlos se levanta para dejar su voto en la urna. En su libreta descarga sus pensamientos diarios que fluctúan entre un profundo aburrimiento y el punzante deseo de encontrar respuestas al sinsentido de la ficción que llamamos realidad.